Un grupo de investigadores que colaboran con la red GVDN (Red Mundial de Datos sobre Vacunas), con sede en la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), evaluaron 13 afecciones neurológicas, sanguíneas y cardíacas para determinar si el riesgo de padecerlas es mayor después de recibir una vacuna en contra del covid-19.
En el estudio, se analizaron los datos anonimizados de millones de personas que recibieron la vacuna contra el covid-19 y la probabilidad de un mayor riesgo de enfermedad en diferentes periodos después de la inoculación, y antes de que la vacuna estuviese disponible.
Según se determinó, algunos pacientes presentaron inflamaciones cardíacas, como miocarditis y pericarditis, tras recibir una vacuna de ARNm, mientras que otros desarrollaron el síndrome de Guillain-Barré y un tipo de coágulo sanguíneo en el cerebro, tras recibir vacunas de vectores virales.
Sin embargo, las probabilidades de sufrir un problema neurológico a causa de la nueva variante de coronavirus fueron hasta 617 veces mayores que al recibir la vacuna contra la enfermedad, lo que sugiere que “los beneficios de la vacunación superan los riesgos con creces”, afirmaron los investigadores.
Por otra parte, señalaron que el estudio confirmó las señales de seguridad preestablecidas para la miocarditis, la pericarditis, el síndrome de Guillain-Barré y la trombosis del seno venoso cerebral, y permitió identificar “otras señales de seguridad potenciales” que requerían estudios adicionales.
“El tamaño de la población de este estudio aumentó la posibilidad de identificar otras señales de seguridad poco frecuentes de las vacunas. Es poco probable que los lugares o regiones individuales cuenten con una población lo suficientemente grande como para detectar señales poco habituales”, señaló en un comunicado Kristýna Faksová, coautora del estudio.
Los investigadores están realizando nuevos estudios para obtener más detalles sobre las vacunas contra el covid-19 y para desentrañar mejor su seguridad mediante el uso de macrodatos.
“Al hacer públicos los paneles de datos, podremos promover una mayor transparencia y una comunicación más sólida con el sector sanitario y el público”, declaró Helen Petousis-Harris, otra de las autoras del estudio.
Aunque la investigación identificó señales de seguridad poco comunes tras la vacunación contra el covid-19, los científicos afirman que se debe investigar de forma más detallada para “confirmar los vínculos y evaluar la importancia clínica” de los hallazgos.